19 febrero 2006

Will & Lady



Rápido, muy rápido pasaban las nubes por encima de la cabeza de William Miller el día que decidió comenzar a escribir sus primeras palabras. Encendió su IBM, puso canciones calmadas y variadas, miró al cielo y descubrió que el sol que brillaba como luna llena en una noche cerrada, se ocultaba en pocos segundos detrás de las nubes oscuras que anunciaban lluvia. Sacó su cámara, hizo unas fotos, e intentó comenzar a escribir.

Era algo que llevaba dentro, pero que no sabía como sacar, como empezar, es más creo que ni siquiera sabía lo que quería contar, quería expresar un montón de cosas que le venían a la cabeza con rapidez, pero que con la misma velocidad con la que llegaban se marchaban. Gustos, colores, sensaciones e incluso sentimientos pasaban por su cabeza sin detenerse el tiempo suficiente como para describirlos o contar historias sobre ellos.¡No había cosa que más le desesperase!. Entonces se tiró en la cama intentando buscar la calma y antes de que le diese tiempo a cerrar los ojos ya estaba dormido.

Fue entonces, cuando entre sueños que nunca recordaría, recibió un mensaje que leyó a duras penas entre sueño y realidad. Era Lady, Lady Goodman, y quería tomar unas cervezas... Mucho tiempo hacía que no sabía nada de ella, es más apenas sabía nada de ella salvo por algún mensaje a veces intercambiado a veces no. Se paró a pensar que era lo que tanto le intrigaba de Lady, y cómo podía seguir pensando en ella pese a la brevedad de su conversación en aquella noche en que se conocieron. Pero pensando... se volvió a quedar dormido.

Fue al despertar de nuevo cuando respondió, para quedar definitivamente, en un bar cercano a casa. Hizo unos recados, y...-¡mierda!, ya llego tarde-(pensó mientras se ponía la chaqueta y se intentaba ordenar un poco el pelo que el casco le había desorganizado).

Llegó a la puerta y no había nadie, entonces se relajó, vio sus cordones desatados, se agachó, los ató y al levantar la mirada descubrió una esbelta silueta hablando por teléfono. Zapatos oscuros, pantalones de pitillo, y un abrigo negro que contrastaba con la claridad de su melena rubia.
-Hola!, ¿qué tal? (dijo William amablemente)
-Bien, ¿y tú?
-Bien, ...entramos?

Aquel bar era un sitio discreto, con luces tenues, una mesa de billar y canciones de tiempos pasados con un volumen moderado. Algunas mesas y una barra con distintos tiradores de cervezas.

Tras pedir un par de cañas se sentaron, e intrigado William comenzó a escuchar lo que aquella rubia muchacha quería contarle. Sus primeras palabras temblorosas indicaron que no sólo era él el que estaba nervioso, y esto le tranquilizó. Comenzó de nuevo a mirar su dorado cabello y sus claros ojos cuando se dio cuenta de qué no se estaba enterando de nada de lo que decía Lady, así que se quitó la chaqueta, sonrió, e intentó ser lo más amable posible.

...

17 febrero 2006

Tachenko-el tiempo en los Urales




Sólo con los tres primeros acordes de guitarra ya se puede decir con total seguridad que estamos ante una canción de Tachenko. El estilo inconfundible de melodías sencillas y a la vez profundas, acompañadas de guitarras suaves, que cada vez se van haciendo más eléctricas y distorsionadas, sin olvidar por supuesto sus agudos coros melódicos en los estribillos y la inconfundible tonalidad de Sergio Vinadé.

El tiempo en los Urales, es un minicd anticipo de su segundo largo formado por cinco canciones muy variadas, y de calidad máxima. La primera canción que lleva el mismo título, te transporta en un viaje que va desde las melodías cálidas y relajadas del principio, hasta el frío más duro de sus guitarras distorsionadas en mitad de la canción, para terminar de nuevo volviendo a la calma absoluta, y la tranquilidad del hogar. Sin darte tiempo a recapacitar sobre la calidad de la primera canción, ya están sonando las guitarras al máximo con un ritmo muchísimo más acelerado, una sensación de vértigo y velocidad que no decae en ningún momento y que pese a sonar solista, coros, guitarras, sonidos eléctricos, y batería a la vez y al máximo no resulta para nada pesado. “Yúmber” es su tercera canción, una letra redonda acompaña de nuevo por un sonido más calmado que te preparan para su cuarto corte, “canciones lentas”. Donde el grupo demuestra que es capaz de hacer tan bien el pop más eléctrico, guitarrero y acelerado como las baladas más melancólicas donde el principal protagonista es una voz que casi te susurra al oído. Para terminar una vuelta al estilo original del grupo, “no hay nieve en Saint Moritz” es un recuerdo claro del grupo que una vez fueron dos de sus componentes (el niño gusano), y que hace de cierre perfecto para un breve pero muy intenso EP.

Tachenko consigue con sus cinco canciones llevarte en un viaje por tierras fronterizas, como son los Urales, experimentando sensaciones que van desde la euforia a la tristeza. E incluso te invita a reflexionar, a recordar y a soñar por medio de sus letras trabajas hasta la última coma.

Un aperitivo que te deja con hambre de más canciones y conciertos de un grupo que poco a poco se va haciendo con más seguidores, y que con este disco ha conseguido estar varias semanas en lo alto de la lista Afyve

03 febrero 2006

¿cuándo dejé de hacer caso al corazón?



lo he vuelto a hacer
la razón a podido una vez más
aunque la decisión haya sido error
la cabeza ha podido sobre el corazón

ya no soy el que era
ya no escucho al corazón
ya no siente como antes
ni me late con pasión

mal proyecto convertirse en un hombre de roca
que viva solo en su mundo sin amor
no os fiéis del que os escribe
no os fiéis del que siente con la razón

ya no soy el que era
ya no escucho al corazón
ya no siente como antes
ni me late con pasión

02 febrero 2006

pequeña visita al paraíso


6 a.m. suena el despertador!!!
Te despiertas del tirón con sólo una cosa en la cabeza: EXAMEN
Bajas a la sala de estudio por mero instinto sin ni siquiera ser tú mismo. Abres la puerta y descubres que allí aún queda gente de la noche anterior, algunos que no tuvieron la suerte de descansar unas 4 horas.
Te sientas, y te examinas por primera vez.
cabeza: 1
brazos: 2
pulsaciones: imposibles de contar...
Tienes dos horas para repasar, que sabes que se pasarán volando, y después, ducha y a por ellos!
Ya estás enfrente del examen, empiezas a sudar, no te acuerdas, no te sale, qué coño es esa pregunta?, pero qué cojones me pide aquí?...
respiras, te calmas y tú mismo te convences de que lo sabes y lo tienes que resolver.
Cierras los ojos, vuelves a mirar y a partir de una frase empiezas a ordenar el resto del problema, ya sabes lo que te piden, y lo que es mejor...LO SABES HACER!!
Sales del examen y como siempre ves todo tipo de rostros. Los contentos, los hundidos, los dudosos, y los que se van directamente sin hablar del tema (se me olvidaba, también están los rostros de "me ha salido fatal", pero que luego serán un nueve, espero que no estés entre ellos)
Vuelves a la habitación, de camino te das cuenta que lo que antes era nublado ahora es un sol radiante, que lo que antes era angustia ahora es alegría, y que lo que antes era un lastre pesado ahora ya no lo es y te sientes más ligero para preparar el siguiente examen!!
Entras, enciendes el ordenador y llega el mejor momento: LOS PLANETAS A TOPE!!!
pesadilla en el parque, briggite, un buen día, que puedo hacer, ciencia ficción...todas suenan al máximo, te recorren todo el cuerpo como una descarga eléctrica y es inevitable ponerte a gritar y saltar como un loco!
Pierdes la noción del tiempo, la felicidad te rodea y finalmente te tiras en la cama exhausto con una calma que tal como ha venido se marchará.
Tan pronto como te des cuenta de que vas fatal de tiempo para tu próximo examen, la calma volará y tú te verás de vuelta al infierno.
Eso sí, ya nadie te podrá quitar tu pequeña visita al paraíso.