space bus
Otra tarde más ha sucedido, otra hora que ha volado agarrado de su mano, con un refresco, una cerveza y la felicidad como testigo. Y ahora, en la parte trasera del autobús vuelvo a escuchar música tranquila, mientras me siento como un astronauta solitario, viajando en una vieja nave en mitad del espacio exterior.
Frío, sueño, miedo… las luces parpadean y mi asiento no para de temblar, miro asustado por la ventana y sólo veo el reflejo de este viejo lapicero ya cansado de la ingravidez, y mi único consuelo es cerrar por un momento la mirada, y sentir de nuevo esos labios que no hace tanto tiempo me besaban. Me pregunto si en esta ocasión el espacio me llevará a otro destino, a algún mundo lejano donde coincidan nuestras naves, y podamos viajar juntos a descubrir galaxias mejores.
Pero un brusco frenazo me anuncia que mi viaje de nuevo llega a su fin, la estación vuelve a ser la misma y de nuevo no hay nadie esperando a los tripulantes de esta nave, que emprendemos cabizbajos un rutinario paseo espacial hacia nuestro pequeño habitáculo lunar.
(escuchando space oddity de planeta mítico, y viendo lo que se ve a través del espacio)