03 agosto 2006

reflexiones en directo



Ese segundo en el escuchas el primer acorde de una de tus canciones favoritas, ese instante en el que la carne se te pone de gallina y los pelos se te erizan, ese momento en el que notas que un nudo se te forma en el estómago y te sube hasta la garganta para que en un abrir y cerrar de ojos te veas cantando, saltando y convirtiéndote en la persona más feliz del mundo, solamente comparable a la del resto de asistentes que como tú están en la canción y en el concierto adecuado.

Creo que sólo por uno de esos momentos merece la pena recorrer miles de kilómetros, pagar importantes cantidades de dinero, madrugar, dormir en la calle o prescindir de muchísimas cosas materiales que seguro durarán más tiempo que ese insignificante segundo.

Para mucha gente gastarse los dinerales que hoy en día cuestan muchos conciertos es una barbaridad, pero creedme que para muchos otros (y así lo demuestran cada verano) algunos conciertos, algunas canciones, e incluso simplemente algunos estribillos escuchados en directo, sencillamente no tienen precio.

Es la euforia la que te invade, el corazón se te pone a mil, sientes y compartes cada una de las palabras que están cantando y te conviertes por un momento en cómplice del grupo y en el protagonista de la canción.

Pero las canciones son breves, y cuando terminan te invade la tristeza pues parece que ya no volverán. Pero sin embargo, tras su apariencia efímera de unos pocos minutos, las canciones y sus sensaciones son todo lo contrario. Melodías, y sentimientos que te acompañarán toda tu vida, imágenes y sonidos que quedarán grabados en tu mente y en tu corazón y que volverán cada vez que las escuches en la radio, en tu ordenador, en tu pequeño reproductor o simplemente cada vez que pienses en ellas y simplemente las silbes o tararees.

¡Animaos, no seáis perezosos y acudid a conciertos! Y cuando estéis allí sentid como os invade la música y disfrutad con la magia que envuelve la sala.
Cerrad los ojos, dejaos llevar y soñad y soñad... pues lo que estáis escuchando no es sueño, sino realidad.

1 comentario:

Nagore dijo...

Hola!

Totalmente deacuerdo con lo que tan bien has descrito.

Pero poca gente entiende que la música para algunos sea tan importante y nos haga sentir tan profundas y variadas sensaciones.

Ellos se lo pierden!;)

Aunque al final, suelen ser los que soportan nuestros tarareos y demás intentos de cante diarios...

Con las ganas que le suelo poner al asuntillo...mecachis...